Durante la pandemia me aficioné a hacer audios a mis amistades, no a todas, claro! Con el tiempo me di cuenta que esos audios a pesar de ir dirigidos a otra persona, eran mensajes para mi, ahí empecé a percibir que el otro “no existe” simplemente es una proyección tuya, lo que hizo que a veces volviera a escuchar mis mensajes para ver qué había dicho, además de observar mis mensajes también empecé a aceptar mi voz. Pensaréis y? Pues es un ejercicio que creo que tengo que dejar escrito porque si observas, nosotros mismos tenemos todas las respuestas para nosotros.
Hoy he tenido un círculo de mujeres y ha sido especial, no me digáis el por qué, pero ahora en el sofá reflexionando sobre lo que nos hemos dicho y hemos dicho, observo que ellas eran mi reflejo, que sus problemas, pero lo tacho, que sus temas a compartir, eran parte de mi, y que los mensajes que nos hemos dado unas a otras para salir de ese enfoque inicial de lo que queríamos compartir, eran mensajes para nosotras mismas.
La conclusión es que si observamos, estamos presentes observando, nos dan y nos damos siempre las respuestas que necesitamos y por supuesto, amo compartir desde el corazón, tener espacios para compartir sin mascaras, es algo maravilloso que lo recomiendo al 100%
Gracias gracias gracias!
∞
2 comments