Muchas veces he escuchado que hay que disfrutar del camino, pero, no sé por qué, había un punto en el que no lo terminaba de integrar. Sin embargo, el otro día lo sentí, y además lo relacioné con algo muy bonito: plantar semillas. Os explico:
A veces siento que tengo que hacer algo o escribir algo a alguien, pero desde un lugar que no es la mente; es más bien un impulso que no puedo ponerle mente, lo siento y lo hago, sin pensar en las consecuencias ni esperando respuesta de nada, por lo tanto es como hacer o decir algo sin un objetivo claro. Y para mi es un símil a lo de disfrutar del camino y la acción es como plantar semillas, sin saber hacia dónde van a crecer las raíces. Siento que es como una forma de ponerse en acción desde un lugar de tu corazón que te anima a bailar y a caminar, sin saber realmente a dónde me llevará, pero confiando en que me llevara a un lugar que jamás hubiera podido imaginar, y la verdad es que me gusta y por este motivo he acabado entendiendo lo de disfrutar del camino.
Como veis empiezo el año intentando confiar en mi, para poder sentir y hacer esas acciones que me dice mi corazón. Y también intento confiar en la vida, por que realmente esas semillitas no sé donde me van a llevar!
¿os animáis a plantar semillitas?
