Domingo sintiendo todavía la estela del eclipse y haciendo una revisión de lo vivido y todo lo transformado en mi vida.
Ya os he explicado como empezó mi relación con Rocio y Mercedes pero siento que tengo que hacer una revisión de cada taller, uno a uno e intentar explicar el objetivo y lo que sentí.
Colocando nuestras raíces es el primer taller que hice con ellas. Un domingo por la tarde, en plena pandemia, revisé si podía viajar, los requisitos que me pedían y decidí en media hora irme a Vigo a colocar mis raíces, me iba a casa de una persona que apenas conocía a pasar todo un fin de semana para trabajar la familia.
Nunca había asistido a ningún taller de ellas, desconocía su método aunque me habían explicado algo. Fui la segunda en colocar la familia, tuve que sacar a mis padres, a mis abuelos maternos y mis abuelos paternos. Es curioso porque cuando están todos como si dijéramos en el escenario, yo no vi nada, pero bueno, ellas resienten la energía y deciden por donde empezar. Salieron cosas bonitas, como que mis abuelos paternos se querían mucho pero lamentablemente mi abuela falleció temprano y no la llegué a conocer. Además adoraba a mi padre y él a ella, justo hoy he ido a comer a casa de mis padres y ha surgido el tema de mi abuela, le hemos dicho que ella siempre está con él y se ha emocionado, me ha explicado que siente que se fue muy joven y que le sabe mal que no la pudiéramos conocer, que era muy querida y que siempre ayudaba a todo el mundo. Mi padre es un hombre de 80 años que ha trabajado mucho y sus emociones las ha dejado apartadas, le hemos animado a sacarlo y se ha emocionado cuando le hemos dicho que su madre siempre está con él y que nosotras la sentimos cercana a pesar de no estar presente. Son de esas conversaciones que no sabes como salen pero que agradeces que salgan, porque siento que en cierta forma se van colocando cosas sutiles que hay que colocar en la familia.
También salieron cosas no tan agradables, me dio información de la relación que tuvieron desde el principio mis padres y como me ha podido afectar. Se tuvieron que soltar cosas, se tuvo que pedir perdón, te das cuenta que incluso las personas que ya no están en este plano, tienen que pedir perdón de lo que hicieron y los entiendes y por supuesto perdonas… Eran otras épocas, a veces se busca el amor de los padres en las parejas… se repiten muchos temas. Para mi lo más importante fue entender la relación entre mis padres y sentir lo que ellos sentían en ese momento. Al finalizar el taller sentí por primera vez la energía de pertenencia a una familia, me sentía sostenida por todos ellos.
La vida me regaló un fin de fiesta increíble, subida en el avión, de vuelta para casa salió un arco iris y para mi fue una señal de que todo estaba bien, empecé a llorar y no pude parar en todo el trayecto. Estuve una semana con los sentimientos a flor de piel, a la que explicaba mi experiencia me ponía a llorar. Fue bonito y muy sanador.
Era el primera taller de familia que realizaban y ellas aprovecharon para colocar a su familia, y ahí es donde te das cuenta que ellas te ayudan, que son un canal, pero que también tienen sus temas a colocar y fueron dos trabajos super emotivos, porque las ves cómo se emocionan, como mueven todo lo que tienen que mover para ir más ligeras de carga. Es importante darse cuenta de que son unas excelentes profesionales y cada vez lo tengo más claro, pero que ellas también vienen con sus temas a colocar y si me permitís, incluso la vida a veces es más dura con ellas, porque las ponen a prueba. Todos tenemos cosas a trabajar y cada uno está en el punto exacto que tiene que estar.
En junio del año pasado, volvieron a realizar este taller en Tarragona y fui, en ese momento dije que no iba a hacer nada porque ya lo tenía hecho, pero la sorpresa es que tenían que colocar a sus familias diez personas, de los diez trabajos, participe en 8 de ellos, lo di todo, tanto que tras dos días y medio de trabajo, me tuve que retirar porque sólo quería llorar y estaba super cansada. En la conclusión del taller dije que no sabía que me pasaba, pero sentía que cada papel que había realizado era parte mia y que sólo tenía ganas de llorar, por suerte Rocio me ayudó a salir de ahí para poder irme a casa, a la semana cogí un resfriado que me duró más de un mes pero os explico todo esto, porque estamos las personas que tenemos que estar en cada taller y todo lo que se remueve en el otro, en parte también es nuestro. Tras ese fin de semana, decidí tener una sesión del inconsciente y gracias al trabajo que hicimos, Rocio se dio cuenta de los anclajes que nos creamos y que nos atan, tuvimos que deshacernos de todos ellos que salieron gracia a lo trabaja en el taller para poder seguir mi camino.
Cómo últimamente repito mucho, todo es pura magia!
En junio de esta año, van a realizar el taller de familia en Zaragoza y tendré la ocasión de asistir para ayudar, en esta ocasión no diré que no tengo nada que colocar porque está claro que si voy, es por algo! Aprovecho para deciros que si estáis interesados, escribirme para facilitaros el contacto de Rocio.
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